Bienvenidos a la página de la Iglesia Adventista (Insurgentes) - Iguala Guerrero Mex. Iglesia Adventista del Séptimo Día Iguala: ¿Qué hace del sábado un regalo especial?

viernes, 5 de febrero de 2010

¿Qué hace del sábado un regalo especial?

1.- El sábado es una promesa.

Jesús amó el sábado (Lucas 4:16), y reafirmó la intención de Dios de diseñarlo para el ser humano (Mateo 12: 1 - 12). Jesús da la libertad de gozar la promesa del sábado de la manera que Dios quería. Guardar el sábado es guaradar una promesa para Dios y para nosotros (Ezequiel 20:12). Nos hace recordar la importancia de esa relación, entre todas las cosas que demandan nuestra atención (Exodo 31: 16-17). Desde la puesta del sol del viernes a la puesta del sol del sábado tenemos un "aniversario" semanal, cuando Dios reafirma su promesa hacia nosotros a través de sus bendiciones, su fidelidad y su gozo ( Ezequiel 20:20; Isaias 56:5; 58:13, 14).

2.- El sábado es un remedio.

En el principio Jesús separó el sábado para dejarnos un ejemplo de descanso y relación (Exodo 20: 8-11). Deseaba crear un día sagrado en el cual se sacrificara el trabajo y pudiera haber restauración (Levíticos 23:3; Hebreos 4: 1-11). Existe ritmo en las estaciones de la naturaleza: cómo la tierra florece, produce y descansa (Levíticos 25:4). Guardar el sábado es seguir un remedio antiguo para sanar los pesares de la vida. Jesús, el señor del sábado, nos ofrece su descanso y comparte con nosotros el ritmo de una vida equilibrada en él (Marcos 2:27, 28; Mateo 11:28-30).

3.- El sábado es una alabanza.

Jesús alabó continuamente a su padre en cada aspecto de su vida. Y la manera en que adopto el sábado no fue diferente (Marcos 1:21). Adoró, sanó y enseñó; hizo esencialmente cosas buenas que honraron a Dios en sábado ( Lucas 6:1-10; 14: 1-7). El sábadp ofreció a Jesús un espacio sagrado para glorificar a su padre. Cada momento de la vida de Jesús estuvo desprovisto de pecado, pero Jesús santifico ese día especial al ocuparse de adorar en comunión con otros y al mostrar un espíritu de compasión (Mateo 12:12; Marcos 3:4: 6:2). Al honrar a Dios en el día sábado, practicamos para la eternidad, alabando y adorando con entusiasmo únicamente a Dios (Isaías 66:22, 23).

(A. Allan martin, "Sacred Space", Adventist Review).

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